domingo, 3 de enero de 2016

Lemmy murió durmiendo, así afirma representante de Motörhead


Todd Singerman, empresario de Motörhead durante los últimos 24 años, ha hablado sobre los últimos días del líder de la banda, Lemmy Kilmister.

Este es un fragmento de un relato que Todd Singerman tuvo con el periodista estadounidense Steve Appleford explicándole como se supo del cáncer que tuvo Lemmy:
"Lemmy se quejaba de dolores en el pecho y fue hasta un punto de socorro, donde recibió el alta al día siguiente. Los médicos no constataron ninguna cardiopatía. Singerman y el resto de la banda decidieron que el músico debía pasar por una resonancia, ya que su habla se estaba viendo comprometida. Había preocupación de que hubiese sufrido un derrame".

"¿Por qué no habla mucho? estaba murmurando mucho", afirma Singerman. Le llevamos a hacer unos rayos X y dijeron: "¡Ay Dios! hay manchas por todo su cerebro y cuello". El sábado, día 26, el médico fue hasta casa de Lemmy, con los resultados y les dijo a todos que le quedaban de dos a seis meses de vida.

Era cáncer, y Lemy reaccionó con calma. Él lo aceptó mejor que todos nosotros. Lo único que dijo fue, "Ah, tan solo dos meses, no?" El médico le dijo, "Si, Lem. No te quiero engañar. Es grave, y no hay nada que nadie pueda hacer. Te mentiría si te dijese que hay una posibilidad".

Singerman dijo que deberían mantener el diagnóstico en secreto y anunciar solo que Lemmy estaba muy enfermo y que necesitaba privacidad. A lo que Lemmy dijo "No, no. Ve de frente y haz un comunicado abierto. Quiero que la gente sepa que es cáncer. Que es pésimo y que la gente lo debería saber". Así es como se sentía.

El plan era divulgar una nota de prensa después de informar a los amigos más próximos y a la familia. Se contrató a unas enfermeras para que se quedaran en su apartamento relevándose en turnos. Le dieron un kit con morfina para aliviar el inevitable dolor que viviría. Le trajeron del Rainbow una máquina de videojuego al que Lemmy amaba jugar.

Singerman y el resto comenzaron a llamar a los amigos y parientes. El propio Lemmy se lo comunicó a sus compañeros de banda en la noche del domingo, que comenzaron a hacer planes para visitarle de inmediato.

"Lo que me choca a mi a todo el mundo es que pasó por mil médicos y hospitales alrededor de todo el mundo y nadie detectó eso" afirma Singerman. "Recibir la noticia de que tienes cáncer terminal después de todos los hemogramas que se hizo en la vida, no es demasiado? Es muy difícil digerir eso. No le dieron posibilidad alguna: "No te quedan más de seis meses"".

Un médico visitó al músico al comienzo del lunes, 28 de diciembre. Ozzy quedó en venir ese mismo día o al día siguiente. Lemmy pasó horas con el videojuego, con el dueño del Rainbow, Mikael Maglieri, al lado. Entonces Lemmy se durmió y nunca más despertó.

"Mikael me llamó para decirme: "Dios mío, acaba de morir delante mío"", cuenta Singerman".

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